NUESTROS VIÑEDOS
BODEGAS CERROLAZA posee 60 hectáreas de viñedo, que han ido sumándose al patrimonio familiar que ha ido creciendo generación tras generación. Estas fincas están repartidas en varias zonas entre La Grajera (Logroño), Yagüe-El Cortijo y Hornos de Moncalvillo, todas ellas ubicadas en La Rioja, tierra y cuna de grandes vinos.
En BODEGAS CERROLAZA dividimos los viñedos en diferentes pagos en función de la variedad de uva, antigüedad, tipo de suelo, orientación, etc. para poder separarlos en la vendimia y posterior elaboración.
La vendimia se realiza de forma manual, utilizando cajas de 15 kilos para los pagos de más calidad, de los cuales se obtienen los mejores vinos de la bodega, y cestos de 30 kilos y saca-uvas de apoyo en el resto de pagos.
Llevamos a cabo una agricultura tradicional, optimizando y buscando las variedades más exclusivas y que mejor se adaptan a cada unos de los suelos y climatología. Mimando nuestros viñedos, obtenemos magníficos frutos que darán como resultado unos excelentes vinos.
HEREDEROS DE LA TRADICIÓN FAMILIAR
La familia Cerrolaza contaba con viñedos propios, que han ido creciendo generación, tras generación con la adquisición de nuevas tierras para ampliar el legado y contar con un volumen de viñedo propio, suficiente para poder elaborar nuestros vinos sin tener que depender de agricultores externos.
De esta manera controlamos todo el ciclo del vino, desde el cultivo desde el campo hasta la mesa.
PRIMERA GENERACIÓN
Segunda Generación
Tercera Generación
Construcción de la bodega de Logroño
Construcción de la bodega de Hornos de Moncalvillo, regreso a nuestros orígenes.
Nueva imagen de la bodega
CONOCE CADA VIÑEDO
PASEO VIRTUAL POR NUESTRAS FINCAS
LA BODEGA
CUNA DE NUESTROS CALDOS
ELABORACIÓN
Y CRIANZA
La bodega dispone de una gran nave de elaboración de vino, y cuenta con la más avanzada tecnología de vinificación, con una infraestructura de depósitos de acero inoxidable de diferentes tamaños en función del tipo de vino a desarrollar.
En la nave de crianza reposan 1000 barricas de roble francés y americano con una capacidad de 225 l. cada una. Se renueva un tercio de las barricas cada año, así que siempre habrá una tercera parte de barricas completamente nueva, una tercera parte de un año y la otra tercera parte de dos años de antigüedad.
EMBOTELLADO
Una vez terminada la crianza en barrica los vinos se embotellan y pasan a los jaulones metálicos donde permanecerán el tiempo necesario para la perfecta integración de la fruta y la madera.
Tanto la nave de barricas como la de botelleros están climatizadas para un perfecto control de la temperatura y luz, para que los vinos se descansen en óptimas condiciones.